Innovador tratamiento triple potencia las expectativas de recuperación en cáncer de hígado inoperable | Salud y bienestar | EL PAÍS
Si algo ha evidenciado décadas y décadas de investigación en el ámbito del cáncer es que no existe una solución mágica para erradicarlo. La comunidad científica tiene cada vez más certeza de que el éxito en la lucha contra los tumores más agresivos radica en atacar múltiples frentes simultáneamente, evitando a toda costa que algunas células tumorales logren escapar y permitan la progresión de la enfermedad. Dos nuevas investigaciones independientes, publicadas de manera simultánea este miércoles en la revista The Lancet, profundizan en esta estrategia en el contexto del cáncer de hígado y demuestran que la combinación de dos terapias dirigidas con una intervención tradicional que interrumpe las vías de nutrición del tumor retrasa la evolución de la enfermedad. Ambos estudios, que corresponden a ensayos de fase III, evalúan combinaciones diferentes de fármacos, pero comparten una estrategia común: asaltar al tumor desde diversos ángulos para maximizar la eficacia del tratamiento.
Una de las investigaciones, llamada LEAP-012, ha consistido en un abordaje terapéutico a tres bandas contra un tumor en estadio intermedio que, si bien no se ha extendido a otras partes del cuerpo, tiene un tamaño que ya hace imposible su extirpación: el hepatocarcinoma no metastásico no resecable. En un ensayo clínico, investigadores del Idibaps-Clínic de Barcelona, han demostrado que añadir lenvatinib (una terapia molecular) y pembrolizumab (una inmunoterapia) a la quimioembolización tradicional (bloquear el suministro de sangre al tumor), mejora la supervivencia libre de progresión. Esto es, el tiempo que pasa el paciente vivo sin progresión del tumor. Los resultados del ensayo clínico, admiten los científicos, son modestos —la supervivencia libre de progresión pasa de 10 meses solo con quimioembolización a 14,6 con el disparo a los tres flancos—, pero marcan un punto de inflexión en un tipo de tumor para que el que no se habían logrado innovaciones terapéuticas desde hace dos décadas. En la investigación han participado cerca de medio millar de pacientes.
En el otro estudio (EMERALD-1), liderado por la Clínica Universidad de Navarra (CUN), los investigadores también probaron una estrategia a tres bandas en el cáncer de hígado no operable: en un ensayo con 616 pacientes, añadieron a la quimioembolozación convencional una combinación de durvalumab (una inmunoterapia) y bevacizumab (un fármaco que bloquea el crecimiento de los vasos sanguíneos) y descubrieron que también ralentizaba el avance de la enfermedad: la combinación de las dos terapias dirigidas retrasó la progresión del cáncer en 6,8 meses en comparación con aquellos participantes del estudio que recibieron placebo.